Un trío algo-fungoso

25.03.2021

De las cosas alucinantes que nos brinda este mundo, como ser los animalitos, las florcitas, el atardecer al cual le tomamos fotos para subirlas a Instagram y demás; hoy te vas a enterar de una de ellas, que si bien no es tan conocida como quisiera, es algo tan particular (y hasta romántico) que te van a dar ganas de amarlos.

En la pluralidad de formas y colores que la naturaleza nos ofrece, seguramente se nos pasan desapercibido algunas que otras cosillas. Hay tanto para ver que el ojo humano no puede notarlo todo al mismo tiempo y estas criaturas no son la excepción. En este artículo te voy a contar una historia de coevolución (o evolución paralela entre especies), mucho estudio, suspenso, romanticismo y simbiosis donde al final todos ganan y son felices comiendo perdices (ponele).


Estamos hablando de los más olvidados pero no menos importantes: hongos liquenizados o más conocidos como líquenes. Estos seres tienen mucho misterio dentro de ellos, por esta razón son estudiados desde hace varios años atrás y aún así no dejan de sorprendernos.


La cuestión comienza con todo el choclo de la filogenia (historia evolutiva) de los hongos (que no pienso mencionar porque, posta, es un quilombo y corro el riesgo que abandonen la página o que en su defecto, tiren el celular por la ventana), donde sólamente dos grupos de hongos verdaderos (llamados Ascomycetes y Basidiomycetes) pudieron adoptar una condición que ningún otro grupo lo hizo antes: la condición liquenizada. Ahora ¿qué es esa "condición"? Como todo en la evolución es al azar, justo esta situación ameritó que estos grupos de hongos se encontrasen por primera vez con las llamadas algas verdeazules o cianobacterias. Allí, es donde comienza esta historia de "liquenización" y amor verde.


Si uno se pone a pensar, es complejo explicar cómo dos grupos de seres vivos completamente diferentes se encuentran y crean uno totalmente diferente. La condición liquenizada de estos hongos se basó en una de las relaciones interespecíficas más afianzadas (al menos en muchos casos) en el reino natural: la simbiosis. En este tipo de relación, ambos organismos interactuantes conforman una especie de "matrimonio" donde la reciprocidad o mutualismo es fundamental, tanto alimentaria, fisiológica, ecológica, morfológica, etc.
Algunos autores determinaron esta relación como un parasitismo en vez de una simbiosis, planteando que el hongo fue originalmente quien secuestró al alga y básicamente la tiene de rehén (ATRAPADAAAA). Sin embargo, me gustaría darle un tono amable y menos trágico a esto, así que, quedémonos con que es una simbiosis. Al fin y al cabo, pueden pensar como ustedes quieran hasta tener pruebas definitivas.


Esta simbiosis implica que tanto el hongo como el alga presenten procesos fisiológicos acoplados y de esta forma logren beneficiarse mutuamente. Tal era ese beneficio que esta condición liquenizada surgió tres veces en la evolución de los hongos, en diferentes momentos. Dichos hongos claramente jamás agarraron una pala y necesitaban alguna "mamá alga" que le cocinara y le hiciera la comida. Sumado a esto, las algas probablemente habrían necesitado protección y minerales para su metabolismo. Es así que se produjo el ¡BOOOOM!: hongos + algas = líquen. Está todo tan fríamente calculado, (amo la evolución parte 1000) que cada una de las partes (llamados biontes) tienen sus respectivas funciones y necesidades dentro de este superorganismo formado por este shake evolutivo.


El hongo, es el bob constructor de lo que sería el liquen ya que se encarga de la forma, la protección contra el ambiente externo y, como si fuera poco, también de la reproducción, ya que tiene "capturada" al alga y no le permite reproducirse (the real tóxico). Por parte del alga, podríamos decir que es re una mamá luchona, ya que se encarga de elaborar el alimento para ella y el otro bionte, así como también de intercambiar minerales y nutrientes formándose una relación simbiótica donde cada miembro y función son complementadas perfectamente. Al parecer esta relación tan mutua hizo que los líquenes pudieran proliferar y diversificarse en muchos ambientes (tanto fríos como cálidos) y prosperar en superficies de todo tipo como cortezas de árboles, rocas e incluso la pared húmeda de tu casa.


Entonces, ¿Ahí se termina todo el asunto? Pues no mi ciela. En un estudio reciente, comandado por la Universidad de Montana, los investigadores pudieron apreciar que en los líquenes había un infiltrado (música de suspenso). Dicho estudio encontró especies genéticamente iguales pero que morfológicamente variaban mucho. Hablamos de Bryoria tortuosa y Bryoria fremontii. La primera es físicamente amarilla y produce un químico particular llamado ácido vulpínico; sin embargo, la segunda es de color marrón oscuro y no produce dicho compuesto. ¿Qué era lo que las diferenciaba una de otra? Nada más ni nada menos que un tercer socio fungoso: la levadura, sí, esa del pan y la cerveza. Se cree que siempre estuvo presente en estos organismos ya formados, o puede que en los juegos de la evolución, ésta apareció "recientemente". Aún no se resuelve eso. Los investigadores demostraron que no era una cosa particular de líquenes específicos, sino que también se encontró a este tercer intruso en otros países más. Aparentemente, la función de la levadura en el grupete es la de producir químicos protectores contra microbios y depredadores. Para los investigadores fue todo un reto aceptar y comprender la presencia del tercer infiltrado. Esto implicó no sólo un cambio en un paradigma que se creyó durante muchos años, sino también el darse cuenta que las muestras que antes creían fallidas, no estaban contaminadas. A veces, hay que confiar en lo que tus ojos ven y no tanto en lo que estamos convencidos que entendemos.


Entonces, recapitulando, tenemos un hongo Bob constructor necesitado de comida, un alga cocinera, y además, ahora se sumó una levadura, situación que significa un montón para los liquenólogos. Aunque lo que verdaderamente es un montón es la concepción que se le da a estos "superorganismos" hoy en día: la de un mini-ecosistema.
Es tremendo saber que los líquenes no sólo albergan a los biontes conformantes, sino que pueden proteger y coexistir con otras formas animales (como artrópodos pequeños) haciendo que se diversifiquen aún más esta familia compuesta por tres biontes.


Y como si los líquenes no fueran lo suficientemente cool tienen todo lo que quieren los ecólogos: funciones ecológicas como ser bioindicadoras de los ambientes sin contaminación (su abundancia significa un estado de salud ambiental óptimo). También, tienen aplicaciones al uso humano como alimento, en medicina natural como antitumorales inclusive hasta en la cosmética para la elaboración de pomadas o ungüentos. ¿Cómo no amarlos?.


De ahora en más, cuando te pregunten por alguna historia de amor en la naturaleza que involucre a organismos completamente diferentes podes mencionar esta, en donde no hay uno sin el otro, en donde la evolución tomó el papel de cupido y en donde en esta historia de amor verde (y un poco fermentada) sí hay un felices para siempre.

- Tomás Larroquette


Bibliografía

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