Pasión de Animales

27.05.2021

En este post nos pondremos algo románticos, así que ponete una buena música de Arjona que hoy hablaremos un poco de los romances, las pasiones, las peleas y los engaños que ocurren en la naturaleza y que son dignas de una telenovela... o más bien compartiremos algunas cositas que quizás no sabías acerca del apareamiento en animales. ¿Empezamos?

La reproducción es importante para los seres vivos, no solo porque es una de los tantos aspectos que caracteriza a la vida, sino que también es necesaria para que una especie se mantenga a lo largo del tiempo. Pero un organismo no se reproduce para preservar a la especie, no es como que se juntaran e hicieran un censo poblacional para ver si tienen que tener más crías esta temporada. Así que si una especie se preserva es más bien una consecuencia, lo que en realidad ocurre es que los individuos son algo egoístas en ese sentido. Veamos por qué.

Según lo que la mayoría piensa sobre la selección natural, en la naturaleza prevalece el más fuerte sobre el más débil, lo cual es un concepto algoincompleto. Lo que verdaderamente sucede es que aquellos organismos que presentan mayor aptitud biológica o fitness (esto es: aquellos que puedan tener más hijos y que éstos sean capaces de reproducirse) tendrán más éxito, biológicamente hablando, pues de esta forma, sus genes pasarán a la siguiente generación. De allí viene la frase, "supervivencia del más apto", osea, no la supervivencia del mejor sino de aquel que tenga más fitness. Todo esto me hace pensar si somos organismos vivos con genes o en realidad somos una maraña de genes que controlan a robots gigantes como megazords, llamados individuos y hay una constante pelea por ver qué genes sobreviven.

Pero no nos vayamos por las ramas. Queríamos hablar de la reproducción pero más bien la reproducción sexual, es decir, aquella en la cual se requiere de dos individuos de sexos distintos. Esto es importante, pues la gran mayoría de especies animales se reproducen de esta forma debido a que les da una enorme ventaja pues aporta variabilidad genética, que es importantísima para la supervivencia de la población y de una especie. Sin embargo, no todo es color de rosa, una reproducción sexual implica gastos. Hay que producir células especializadas llamadas gametas cuyo único propósito es la reproducción, encima en órganos sexuales para este fin. Y eso no es todo, ya que si los individuos quieren dejar sus genes en la siguiente generación, se ven obligados a buscar una pareja del sexo opuesto para reproducirse y solo pasar la mitad de sus genes a sus hijos. Imaginate que tenés un amigo o amiga súper egoísta y le obligan a compartir la mitad de sus cosas, bueno así pienso que deben sentirse los genes, un verdadero fastidio. Pero bueno, en la naturaleza, todo se trata de analizar los costos y beneficios, y esos beneficios de la variabilidad no son como para pasar por alto.

Pero si gastar energía buscando pareja o compartir tus preciados genes no es suficiente, también ahora hay que considerar que otros individuos del mismo sexo querrán aparearse, y no siempre hay parejas para todos en el baile de la vida. Por esto, muchas veces existe una rivalidad entre machos (la más común) o entre hembras para reproducirse, hecho que se conoce como competencia intrasexual (entre el mismo sexo). Esto a nivel evolutivo es una fuerte presión que puede provocar que las especies desarrollen distintos comportamientos, colores, formas o armamentos de combates. Por ejemplo, existen muchas aves donde la hembra elige a un macho por la variedad de cantos que presente o también podemos mencionar a las astas de los ciervos machos para luchar. Esto ya lo había observado Darwin hace un tiempo cuando realizaba sus viajes y decidió llamar a esta presión selección sexual, ya que actuaba de manera similar a la selección natural que había descrito. Así que a la "lista de costos" debemos agregarle el gasto que realizan los individuos luchando para conseguir aparearse. La vida cotidiana como la salvaje puede ser muy difícil.

Ahora bien, una vez que saliste victorioso de pelear con otro de tu mismo sexo y estas apunto de aparearte recordás que cada individuo buscará aumentar su propio éxito reproductivo, por lo que tu pareja no se quedara atrás y te dará combate. A esta interacción la llamamos competencia intersexual (entre sexos distintos), o sea, una verdadera batalla de los sexos en la naturaleza. Tanto los machos como las hembras, competirán por lograr dos cosas: en primer lugar, buscaran aparearse con una mayor cantidad de individuos y a la vez que el sexo opuesto gaste más energía en la crianza y cuidado de las crías (y asi tener mas "tiempo libre" para seguir reproduciendose, un ofertón). Pero no siempre puede ganar uno, sino que hay un tira y afloja a la hora de reproducirse y que va a depender de una gran cantidad de factores que determinarán que algunos logren su objetivo. En base a esto, los científicos determinaron tres tipos de sistemas de apareamiento que quizas te suenen, ellos son: monogamia, poligamia y promiscuidad. Hablemos con más detalle a ver si te identificas con alguno de ellos.

En la monogamia se forma una pareja entre el macho y la hembra en la cual ambos brindan cuidado parental a la descendencia. Este sistema puede darse por distintas razones: ningún sexo puede monopolizar varios individuos del sexo opuesto, por obligación o porque los beneficios de formar pareja y cuidar juntos de la descendencia es mayor que ser "cabezudo/a". Por lo tanto, el presentar un sistema monógamo es fundamental para maximizar la eficacia biológica de ambos miembros de la pareja. La monogamia es frecuente en aves y bastante más rara en otros grupos animales, como en mamíferos. Y esto tiene una explicación más bien fisiológica: como ya sabrán, las aves no producen leche para darle a sus polluelos, por lo tanto deben ir activamente a cazar o buscar bichitos para poder dar los nutrientes necesarios y lograr un correcto desarrollo. Hay que tener en cuenta que las aves son de sangre caliente, así que necesitan comer bastante para producir calor, sin embargo, en los primeros días los polluelos no tienen plumas por lo que pierden calor muy fácilmente. Como vieron, tener un hijo pollito es bastante caro a nivel biológico, así que es necesario que ambos, tanto el macho como la hembra, cuiden de su descendencia si quieren que sus genes pasen a la siguiente generación, porque si uno dejara al otro cuidando a los polluelos por su cuenta, es muy probable que mueran y todo ese esfuerzo que hizo para poder reproducirse habrá sido en vano. Así que esos dos pajaritos que formaron un nido juntos para criar a los polluelos no están juntos por amor sino, más bien, porque no les queda otra.

Otro sistema de apareamiento es la poligamia donde un sexo establece relaciones reproductivas más o menos simultáneas con varios miembros del sexo opuesto. Este sistema aparecerá en aquellas especies que cumplan alguna de estas tres condiciones: 1) un sexo aporte mayor cuidado a su crias, 2) los costos de cuidar a los hijos sea "barato" 3) Existen muchos recursos y comida por lo que un sexo se las puede amañar sin el otro. Podemos tener de dos tipos: La poliginia (un macho y varias hembras) y la poliandria (una hembra que se aparea con muchos machos).

Ahora bien, si observamos a los mamíferos nos daremos cuenta que en la gran mayoría de los casos se presenta un sistema de poliginia, lo que quiere decir que hay un macho que se aparea con muchas hembras ¿Por qué no se juntan para formar pareja y crían juntos a sus pequeños como lo hacen muchas aves? Pues porqué a diferencia de estos últimos, los mamíferos desarrollaron las glándulas mamarias y son vivíparos (a excepción de los ornitorrincos y equidnas), esto aporta ciertas ventajas pues la leche es una excelente fuente para el desarrollo de las crías y la viviparidad da una mayor protección prenatal. No obstante, en lo que a reproducción se refiere, hay un cambio significativo de las reglas de juego, porque por los temas mencionados anteriormente, la hembra aportará más cuidado parental y el macho será más propenso a "abandonar la pareja" y aparearse con otras hembras.

Por el otro lado tenemos a la poliandria, que ocurre cuando una hembra monopoliza y se aparea con muchos machos. No es muy común en la naturaleza y suele ocurrir porque los machos son escasos (cotizados) en esas especies, por lo que existe una alta competencia por parte de las hembras. Además, el macho pasa a ser el que se encarga del cuidado parental, pudiendo haber cooperación entre varios machos para este fin. La razón por la que se cree que no es común es que, a diferencia de otros sistemas de apareamiento, la certeza de paternidad es muy baja, ya que si un macho intenta reproducirse con una hembra que se aparea con muchos machos, no existe forma de saber que las nuevas crías sean de él (claro, las pruebas de paternidad están muy caras), disminuyendo considerablemente su éxito reproductivo. Este sistema se puede encontrar en varias especies de peces y una avecilla muy común de los humedales argentinos: las jacanas.

Por último, encontramos la promiscuidad en la cual cada individuo se aparea de manera casi aleatoria con varios del sexo opuesto y donde ninguno tiene mayor probabilidad de apareamiento que el otro. En realidad, los expertos lo definen como la ausencia de un sistema de apareamiento o una mezcla entre poligamia y poliginia. Esto se puede encontrar en la gran mayoría de peces y de aquellos animales que simplemente liberan sus gametas al agua a su suerte como, por ejemplo, las especies de corales.

Se ha pensado que estos sistemas estaban muy bien definidos y que no podían cambiar, sin embargo gracias a las herramientas moleculares actuales que nos permiten determinar con exactitud la paternidad de la descendencia, este concepto cambió un poco. Por ejemplo, se ha encontrado que en muchas especies de aves "supuestamente monógamas" ambos sexos tenían encuentros sexuales con otros individuos a espaldas de su pareja (¡¡qué haces besando a la lisiada!!). Analizando los genes de la camada de polluelos que salieron, encontraron que habían crías de padres distintos. Estas cópulas extra-pareja (el nombre científico para meterse los cuernos), tendrían una razón evolutiva y por ende ventajosa: asegurarse dejar muchos hijos y, si tengo hijos cuidados por varias familias, alguno sobrevivirá hasta ser otro adulto infiel. Claro esto es más común en machos, pero las hembras no se quedan con las ganas, copular con muchos machos le asegura un buen mix de genes en sus hijos para que alguno le salga guapetón y exitoso. Por lo tanto, quizás estos "sistemas" definidos por humanos pueden no ser algo tan estricto, puesto que podemos encontrar muchos ejemplos de estrategias que permiten aumentar el éxito reproductivo de un sexo, e incluso así, nos quedan muchísimas teorías, hipótesis y anécdotas por contar en el tintero sobre el "sexo animal".

Sin lugar a dudas el amor puede ser algo maravilloso y a veces trágico y, como vimos a lo largo de este artículo, la vida silvestre no es muy distinta. A fin de cuentas todo se resume a una lucha constante para que los genes se mantengan en la siguiente generación. Así que si tu ex pareja te engañó con otra persona no la juzgues, solo estaba aumentando su fitness individual y, en cuanto a los cuernos, no creo que te sirvan mucho, evolutivamente hablando.


-Mauricio Landi


Bibliografía

Soler, M., Manuel, M. A. S., & Cruz, M. S. (2003). Evolución. Proyecto Sur de Ediciones.

Psicología, U. N. D. C. D., Psicólogos, C. C., Gutiérrez, G., Papini, M. R., Universidad Nacional de Colombia. Departamento de Psicología, & Colegio Colombiano de Psicólogos. (2011). Darwin y las ciencias del comportamiento. Universidad Nacional de Colombia, Colegio Colombiano de Psicólogos.

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