Evolución a-islada

29.07.2021

Corría el año 1941 en plena segunda guerra mundial cuando Einar Pettersson- Skämtkvist, un hombre sueco que apenas había escapado de las prisiones del Imperio Japonés, se encontraba naufragando por las aguas del Océano Pacifico. Por obras del destino, quizás por mera coincidencia, se toparía con un archipiélago totalmente desconocido por el mundo, el cual más adelante se llamaría Hy-yi-yi. Lo interesante de esta serie de islas es que, al estar aisladas y sin rastros de actividad humana, permitió que la fauna y el ecosistema no se vean afectados casi en lo absoluto, lo que hacía que el archipiélago sea un excelente lugar para estudios biológicos. Eso fue exactamente lo que pensó el zoólogo alemán Harald Stümpke de la Universidad de Karlsruhe que, junto a su equipo de trabajo y muchos otros investigadores más, realizaron varios estudios durante los años posteriores al descubrimiento.

Sin embargo, nunca pensaron que lo que descubrirían allí los dejaría tan anonadados, pues encontraron una fauna muy particular e interesante. Se trataba de una serie de animales nunca antes vistos por la ciencia que parecían estar relacionados entre sí, ya que todos tenían algo en común: un apéndice en la parte de la nariz, al cual se llamó nasorium, que poseía distintas formas y funciones. El científico alemán pudo realizar análisis ecológicos, anatómicos, comportamentales y filogenéticos de estas especies y, gracias a este último, determinó que todas estaban emparentadas, por lo que se las agrupó en el mismo Orden llamado Rinhogradentia (o rinogrados para los amigos).

¿De dónde salieron estos bichos? Según lo que determinó el zoólogo, algún animal "pariente" de la musaraña (muy parecido a un ratoncito con un hocico algo alargado) habría llegado o quedado aislado cuando se formaron las islas y, durante millones de años, ocuparon todos los nichos ecológicos que estaban "vacantes", lo que permitió la existencia de una gran variabilidad dentro de este grupo de animales, pudiendo encontrar especies insectívoras, herbívoras y hasta una carnívora.

Esta variabilidad se puede ver reflejada en las 189 especies de rinogrados que fueron descritas, distribuidas en 14 familias y 29 géneros. Pero sin lugar a dudas, lo que más varía en las diferentes especies es la tremenda especialización que sufrió el nasorium. Por ejemplo, tenemos a la especie Emunctator sorbens que se adaptó a la alimentación piscívora usando su aparato nasal como una caña de pescar la cual puede secretar una sustancia nutritiva e hidrófoba para atraer a los peces y poder comerlos. Otro caso genial de especialización es Orchidiopsis rapax, una especie cuyo nasorium está divido en tres partes y presenta colores muy llamativos que imitan a la flora local y con la cual cazan los insectos que se atrevan a "polinizarlo".

Lamentablemente, durante los años 60's se realizaron muchas pruebas atómicas en el Océano Pacífico que causaron una extinción masiva de las especies de la isla, inclusive muchos investigadores que se encontraban allí murieron. Para colmo, como si estos pobres bichitos estuvieran condenados a la perdición, movimientos tectónicos provocaron que la isla desapareciera en un par de años. Afortunadamente para nosotros, el Dr. Harold Stümpke dejó mucha bibliografía sobre la vida de los Rinogrados antes de morir, siendo la más importante su libro de 1961 Bau und Leben der Rhinogradentia (título original en alemán que quiere decir "Forma y vida de los Rinogrados").

Ahora bien, debemos hablar de una persona muy importante para esta historia. Se trata de Gerolf Steiner, el CREADOR de los Rinogrados. Así es, toda esta historia que te conté, junto a los personajes y lugares fueron inventados por este señor, un verdadero zoólogo de la Universidad de Heidelberg, Alemania (todo es falso menos la musaraña, ese animal, aunque sea medio rarito, sí existe).

Se montó toda esta historia por dos motivos: Uno por su pasión por la biología; y dos, para poner a prueba a sus alumnos universitarios y colegas zoólogos. Bueno, en esos tiempos no se accedía a la información con la rapidez que lo hacemos hoy en día y muchas veces cuando se describían especies nuevas nunca antes vistas, todo se basaba en las descripciones y los dibujos de la gente que estaba en esos lados (exactamente lo que pasaba con los Rhinogrados). En su momento nadie creía que un animal con "pico de pato y cola de castor" existía, y ahí los ves a los ornitorrincos vivitos y coleando.

Okey, quizás no fui muy bueno para convencerte de que toda esta historia era real, pero el señor Steiner si lo fue, ya que en el libro que escribió utilizó muchos conceptos científicos para crear a los Rinogrados, lo que le daba mucha credibilidad a su trabajo. Por ejemplo, podemos encontrar conceptos geológicos para fundamentar el origen del archipiélago, taxonómicos para determinar el parentesco entre las distintas especies ficticias, biogeográficos para explicar cómo se distribuían por las islas, físicos para demostrar algunas adaptaciones de lo más locas, embriológicos para analizar cómo se desarrollaría el nasorium en el embrión, ecológicos explicando cómo se relacionaban entre sí, hasta crear un ecosistema totalmente ficticio y anatómicos para que tengamos una idea de la morfología de estos bichos. Todo esto acompañado con muchos dibujos que ayudan a imaginarnos a estos animales como si en verdad hubieran existido y, además, se pueden encontrar representaciones tridimensionales muy interesantes. De hecho fue tan bueno y preciso con el trabajo que hizo que muchas personas creen que esta historia es cierta y que hay un intento de las potencias mundiales para que no salga a la luz, que lindo cuando las historias se ponen conspiranoicas ¿no?

El hecho de que este científico haya elegido una isla para su historia no es algo aleatorio. No es secreto que las islas son un verdadero almacén de biodiversidad donde podemos encontrar tanto especies, como ecosistemas totalmente únicos. Además son un excelente laboratorio natural para la evolución. ¿Por qué? La principal razón es el aislamiento, lo que evita que haya flujo génico proveniente de otras poblaciones, causando que las mutaciones den rienda suelta a su creatividad, y con el tiempo provoca que esa población isleña se diferencie de la que le dio origen, creando nuevas especies nunca antes vistas y exclusivas de la isla, proceso evolutivo denominado especiación alopátrica. Sumado a esto tenemos que tener en cuenta la alta competencia intraespecífica por recursos que son escasos, lo que provoca que las especies se adapten para utilizar nuevas fuentes de alimento y así sacar el mayor provecho posible. Obviamente que no todas las islas son iguales, hay muchos factores que influyen en la diversidad de las mismas, como son la lejanía con el continente, tamaño de la isla, clima, corrientes oceánicas y la composición inicial de especies (las pioneras).

Este aislamiento y falta de recursos provoca una respuesta evolutiva muy curiosa en cuanto al tamaño de las especies, lo que se conoce como Regla de Foster o Regla de la isla, ya que puede hacer que organismos continentales que son grandes evolucionen en un menor tamaño (enanismo), como sucedió con una especie de mamut conocida como "mini mamut" (Mammuthus creticus) que vivió en Creta. Específicamente, el enanismo ocurre por una "adaptación" a los recursos de la isla que es más limitada que en la tierra continental. Ahora bien, si tenemos enanismo, entonces también existe el gigantismo, proceso por el cual especies que normalmente son pequeñas logran tener un tamaño considerablemente grande comparando con sus pares continentales. Este fenómeno se da principalmente en animales que suelen ser presa ya que al haber muy pocos depredadores debido a que necesitan mucho territorios y recursos, no necesitan ser pequeños (lo que le daba más oportunidades para ocultarse). Ejemplos excelentes de esto son la rata gigante de Tenerife (Canariomys bravoi), que habitaba en Las Canarias, España; y las aves elefante (Aepyornis) de Madagascar.

Es necesario resaltar que las islas fueron importantísimas para la teoría de la evolución de Darwin, cuando visitó las Galápagos, en el Pacífico. En estas islas encontramos un ejemplo muy utilizado en biología: pinzones. Lo particular de estas aves es que presentan especies con un pico muy especializado para un tipo de alimentación concreta como semillas, insectos, larvas y néctar. El ancestro común de todos los pinzones habría llegado a la isla hace unos dos millones de años y dio origen a las quince especies que encontramos hoy en día. Este ejemplo, si te diste cuenta, es muy parecido al de los ficticios rinogrados aunque hay que admitir que menos espectacular.

Encontramos infinidad de ejemplos de contradicciones y las islas no son la excepción, pues son uno de los lugares con mayor diversidad de especies pero también son estas especies las que son más propensas a extinguirse, siendo el ser humano el principal causante. Todo el ecosistema isleño está finamente equilibrado y, al estar tan aislado, cualquier perturbación puede provocar completos desastres, como cuando se introducen especies exóticas que compiten con las locales, generando mucho daño al ecosistema. En Australia, por ejemplo, una especie de conejo fue introducida desde Europa para diversión de los cazadores y hoy en día, es una plaga con la que los australianos siguen lidiando.

Todo lo que vimos acerca de las islas, sobre cómo son capaces de ser el lugar ideal para que se originen organismos tan variados y únicos; y la velocidad con la que puede crear nuevas especies o extinguirlas; hace que la historia de los rinogrados no suene tan descabellada como al principio, es algo totalmente posible.

Una enseñanza que nos deja esta historia (ahora convertida en fábula) es que debemos cuidar la biodiversidad que hay en nuestro planeta, sobre todo las especies isleñas, para que en un futuro no nos miren raro cuando les digamos que existió un tal animal con "pico de pato y cola de castor".


-Mauricio Landi

Bibliografía

Form and life of the Rhinogrades. Sivatherium. https://www.sivatherium.narod.ru/library/Stumpke/book_en.htm

Lomolino, M. V. (2005). Body size evolution in insular vertebrates: generality of the island rule. Journal of Biogeography, 32(10), 1683-1699.

Soler, M., Manuel, M. A. S., & Cruz, M. S. (2003). Evolución. Proyecto Sur de Ediciones.

Veron, S., Mouchet, M., Govaerts, R., Haevermans, T., & Pellens, R. (2019). Vulnerability to climate change of islands worldwide and its impact on the tree of life. Scientific Reports, 9(1). https://doi.org/10.1038/s41598-019-51107-x

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