Con las nubes en la cabeza

29.10.2021

La controversia inunda su historia y nuestra concepción sobre ella. Pero detrás de las medias con motivos de hojas verdes y de las charlas incómodas con familiares hay muchísima biología, neurociencia, y por supuesto, también necesitaremos llamar a algún sociólogo, quizás a dos..

Su mera existencia en nuestras vidas humanas genera todo tipo de polémicas. Siendo una de las plantas más conocidas y perseguidas del mundo por su uso medicinal con efectos beneficiosos y no tan beneficiosos en las personas. La marihuana (Cannabis sativa) destaca sin dudas, pero ¿por qué tan importante rol en el rubro medicinal o biológico? ¿Qué es capaz de hacer esta planta en nuestro cuerpo y a qué nivel trabaja? ¿Cuál es su química y cómo actúa? Estas preguntas y quizás otras más, abordaremos hoy.

Para empezar a aclarar los tantos, la marihuana es una planta de la familia Cannabáceas. Esta familia es originaria de Asia y, como si ya no fuera importante, tiene una amplia distribución por su plasticidad para adaptarse a los distintos ecosistemas y en los diferentes climas, realmente es polifacética. De esta especie existen varias subespecies, siendo la más común Cannabis sativa sativa, de la cual una de sus dos variedades es la popularmente conocida como marihuana, la otra es el cáñamo. Sí, la clasificación de seres vivos es una mamushka.

Su historia está llena de claros y oscuros. Comenzó siendo útil en medicina, en ritos religiosos, con fines recreativos e inclusive para la industria del papel. Sin embargo, más allá de sus aspectos útiles y beneficiosos, en 1950, su uso fue prohibido y se la catalogó como una droga ilícita sumandola a la lista de las "otras drogas" por la presencia de un compuesto con potencial efecto psicoactivo (todo compuesto químico capaz de cambiar el modo en que funciona la mente mediante interacciones con estructuras neurológicas) y de abuso: el THC o tetrahidrocannabinol. Este componenteesuno de los ciento trece cannabinoides presentes sin contar los quinientos compuestos más encontrados.

Ahora, adentrándonos un poco en la biología de estas reacciones, cabe que nos preguntemos, ¿de dónde salen? o ¿qué son estas sustancias?¿Por qué una planta altera nuestra cognición? La respuesta a la primera pregunta la podemos encontrar en que estas sustancias están en la naturaleza bajo el nombre de "metabolitos secundarios" los cuales representan la materia prima para la mayoría de los fármacos. Sin embargo, la función de estos metabolitos no es que un monoide casi pelado se pegue un viaje, no, su fin es evitar el consumo de los predadores, cosa muy importante si sos una planta que no puede gritar ni correr. En otras palabras, el THC se originó por azar, y gracias a las ventajas adaptativas (o no-desventajas) que significó para la plantita, persistió. Posteriormente nuestra curiosa especie la descubrió. Sin embargo, si este mecanismo fuera 100% efectivo, los seres vivos no las consumirían, pero bueno, esto ya es harina de otro costal.

Entonces, si son unas sustancias de defensa, ¿Por qué tienen efecto sobre nuestros cerebros? Resulta que somos farmacias personales andantes, tenemos miles de drogas internas, naturales, que nos acompañan por toda nuestra vida, y permiten que la información circule por redes neuronales. La base de todo recae en que en el sistema nervioso existen sustancias, y por tanto receptores, similares a los compuestos que podemos llegar a consumir, es por esto que el THC tiene efecto en nuestra cognición, porque existen receptores para este.

Como humanos presentamos una serie de receptores de membrana multifuncionales que responden a moléculas que, sin ser cannabinoides, se comportan como tales: son los llamados endocannabinoides, al ser similares, causan efectos biológicos parecidos, pero fisiológicamente controlados. Son lípidos que interactúan con receptores proteicos llamados CB1 y CB2 que modulan, atenti, funciones como el aprendizaje, memoria, emociones, movimientos, etc., y eso ya es muchísimo. Dato no menor, es que al CB2 se le responsabiliza de la modulación de procesos inflamatorios e inmunitarios, por lo que es objeto de estudio por su potencial intervención en procesos tumorales. El receptor CB1 por su parte, al recibir la molécula del endocannabinoide, interacciona con el sistema dopaminérgico (rutas de neuronas que transmiten dopamina de una región del cerebro a otra, la dopamina por su parte, es un neurotransmisor frecuentemente considerado como la causante de sensaciones placenteras y de relajación) El THC se une tanto a CB1 como a CB2, y esta es la razón por la cual la magia ocurre en nuestra charla neuronal.

Todo esto lleva a efectos atractivos, por un lado un estado de sedación ya que la persona que lo consume se siente muy tranquila, placentera y junto con eso se producen deformaciones sensoriales al percibir los objetos que circundan. Además, entre sus reacciones se encuentran: la euforia, torpeza en los movimientos, incremento de la sensibilidad y creatividad, empatía, aumento de apetito y deseo sexual, tendencia a la introspección y alteración de la percepción del espacio/tiempo.

Peeero obviamente, todo tiene su parte "perjudicial" y en este caso es su efecto negativo sobre el aprendizaje y la memoria a corto plazo (particularmente en individuos jóvenes expuestos a ella), aumento del ritmo cardíaco, cansancio, ansiedad, irritabilidad, y disminución de la presión arterial, esto sacando el hecho de que "la adicción al cannabis es algo absolutamente posible" si, claramente, no está regulado. Sin embargo, sobre las consecuencias de su consumo a largo plazo poquísimo se sabe, ya que "el consenso general es mixto e inconcluso". Reina la incertidumbre, pero no por el vacío de conocimientos, sino por las diferencias metodológicas en las investigaciones, y de la interpretación de los resultados.

Estas interpretaciones muchas veces están teñidas por el prohibicionismo reinante en las políticas de consumo,las cuales no llegan a soluciones que beneficien a la sociedad, sino más bien empeoren la situación. Todo esto restringe o retrasa las investigaciones y su posterior utilización con fines médicos, siendo que este campo es amplio y vasto con mucho potencial. Uno de los puntos críticos para la utilización segura de plantas medicinales en su estado natural o sus extractos, es la estandarización de su cultivo, y consecuentemente, estándares en el contenido de sus principios activos según las características geoclimáticas del terreno donde crezcan.

Entrando en su uso medicinal, podemos decir que se ha evidenciado una relación entre el cannabis y el dolor,siendo este capaz de bloquear o inhibir la transmisión del impulso nervioso a varios niveles. Ciertas investigaciones demuestran que uno de los efectos es la inhibición de impulsos nerviosos en diferentes niveles donde están involucrados las "sensaciones de dolor", siempre y cuando se administre una dosis adecuada.

¿Cómo ocurre esto? ¿Te acordás del CB1 de más arriba? Resulta que su activación inhibe, entre otras cosas, la entrada del calcio al interior de la célula favoreciendo la salida de potasio, y sin adentrarnos mucho en términos fisiológicos, podemos concluir que esta activación (por la presencia de cannabinoides o endocannabinoides) disminuye la excitabilidad de la membrana y la actividad neuronal, por lo tanto, el resultado final es la reducción de la liberación de neurotransmisores. Acá tenemos la razón por la cual el cannabis es un muy buen tratamiento complementario para reducir el dolor en pacientes muchas veces crónicos. Claramente, esto estaría regulado para disminuir hasta erradicar cualquier tipo de efecto secundario y siempre recetado por profesionales formados y certificados para que así su uso sea seguro.

El debate de la legalidad o ilegalidad no tapa el problema, pero es una cuestión que "requiere un análisis complejo y completo". Los efectos de su consumo no desaparecerán con la ilegalidad aunque el riesgo de dependencia es real, el efecto dañino es dos veces menor que el alcohol, un tipo de droga con un trágico efecto en la sociedad pero que poco se discute y mucho menos, se cuestiona su legalidad.

Pero para esto, siempre podemos y debemos abogar a las evidencias científicas en cuanto políticas públicas se trate, las cuales son fundamentales para "contemplar medidas de protección de las poblaciones vulnerables" (adolescentes por ejemplo). No negamos sus efectos negativos, pero la evasión de la situación mediante el prohibicionismo no nos llevó a ningún buen puerto.

- Camila Bagliani

Bibliografía:

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Rosales Casavielles, Y. E.; Góngora Herse, M. y de la Rosa Rosales, E. J. (2017). La marihuana y los efectos que provocan en los seres humanos. Correo Científico Médico, 21(2), 557-560. Recuperado en 04 de enero de 2021

Arrieta, E. (s.f.). Cannabis. https://elgatoylacaja.com/sobredrogas/cannabis

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