Chernobyl: un laboratorio natural

03.06.2021

En 1977, los científicos soviéticos comenzaron a instalar cuatro reactores nucleares RBMK en la central de energía nuclear, que se encuentra justo al sur de la actual frontera entre Ucrania y Bielorrusia. La URSS invirtió mucho en energía nuclear después de la Segunda Guerra Mundial.

El 25 y 26 de abril de 1986 se produjo el peor accidente nuclear de la historia, que conmocionó al mundo entero. Esto sucedió en lo que hoy es el norte de Ucrania, con la explosión y el incendio de uno de los cuatro reactores RBMK en una planta de energía nuclear. El incidente, que fue guardado como un secreto, fue un momento decisivo, tanto para la Guerra Fría como para la historia de la energía nuclear alterando de forma permanente una región y dejando muchas preguntas sin contestar.

Más de treinta años después, los científicos estiman que el área que rodea la antigua central no será habitable hasta dentro de 20.000 años. Tales son los peligros que acarreamos los humanos, sumado al mal uso de nuestras herramientas, que podemos convertir un lugar rebosante de vida en un inhóspito páramo desierto.

Para refrescarnos un poco la memoria, el 25 de abril de 1986, se programó un mantenimiento de rutina del cuarto reactor de la estación de energía nuclear VI Lenin, donde se planeaba usar el tiempo de inactividad para probar si el reactor podía enfriarse en el caso de que la central perdiera el suministro eléctrico. Sin embargo, durante esta prueba, los trabajadores infringieron protocolos de seguridad, aumentando la potencia dentro de la central. A pesar de los intentos de apagar el reactor por completo, otro aumento de potencia causó una reacción en cadena de explosiones en su interior. Finalmente, el núcleo del reactor se expuso y arrojó material radiactivo hacia la atmósfera.

Muchísimas personas intentaron sofocar el incendio y contener la contaminación. A pesar del peligro de lluvia nuclear y fuego, no hubo evacuados en las zonas circundantes (ni siquiera en la ciudad cercana de Pripiat) hasta 36 horas después del comienzo de la catástrofe.

A pesar de que se consideró que la divulgación del accidente nuclear fue un riesgo político importante, el mundo se dió cuenta enseguida de que estaba presenciando un evento histórico. Hasta el 30% de las 190 toneladas métricas de uranio de Chernóbil se encontraba en la atmósfera, y la URSS finalmente evacuó a 335.000 personas, vaciando el área de sus habitantes, y fijó la tan famosa "zona de exclusión" de 30 km alrededor del reactor siniestrado, sin embargo, unos 28.000 kilómetros cuadrados fuera de esta zona de exclusión también fueron contaminados.

En principio, hubieron 28 muertos tras el accidente, mientras que más de 100 resultaron heridos. No obstante, no existen cifras claras de los daños totales del accidente, las consecuencias tanto físicas como psicológicas debido a la evacuación fueron graves y siguen siendo un tema de debate y de investigación. De lo que no hay duda es de que el accidente tuvo un gran impacto sobre la población humana.

El desastre de Chernóbil tuvo otras repercusiones: el daño económico y político aceleró el fin de la URSS e impulsó un movimiento mundial antinuclear. Se estima que el desastre ha costado unos 235 mil millones de dólares en daños, en pesos argentinos eso sería como ganar el quini unas 880.884,71 veces aproximadamente.

Pero tranquilos, en la actualidad, los restos del reactor se encuentran dentro de un sarcófago de contención de acero conocido como "El arca", instalada a finales de 2016. Los esfuerzos de contención y la supervisión continúan, y se cree que la limpieza seguirá teniendo lugar hasta 2065.

Por el momento solo hablamos de las personas y el ambiente contaminado, pero ¿Cuáles fueron los efectos del desastre en el bosque circundante y en la fauna?

El impacto inicial sobre la naturaleza fue también importante. Como consecuencia inmediata del accidente la zona más cercana a la catástrofe se hizo conocida como el "Bosque Rojo", esta área recibió las mayores dosis de radiación, por lo que los pinos murieron al instante y todas las hojas se volvieron rojas. Pocos animales sobrevivieron a las dosis radioactivas más altas.

Por ello, después del accidente se asumió que la zona de exclusión se convertiría en un desierto para la vida. Dado el largo tiempo de descomposición de algunos compuestos radioactivos, se supuso que el área quedaría inhabitada durante siglos. Aunque eso difícilmente sea cierto, pues Chernóbil es un atractivo turístico para aquellos que están intrigados por sus historias y su peligro, aunque la zona de exclusión se encuentra misteriosamente en silencio.

En esta zona se realizaron estudios sobre grandes mamíferos, aves nidificantes, anfibios, peces, abejas, gusanos, bacterias y la descomposición de las hojas. Los trabajos presentados mostraron que en la actualidad la zona de exclusión alberga una gran biodiversidad. Aunque los animales que viven en la zona presentan altos niveles de cataratas, albinismo y niveles inferiores de bacterias beneficiosas. A nivel individual algunos insectos, por ejemplo, parecen vivir menos y estar más afectados por parásitos en zonas de radiación alta. Algunas aves también presentan daños en su sistema inmune y alteraciones genéticas.

Sin embargo, se evidenció una ausencia general de efectos negativos de la radiación sobre las poblaciones de animales y plantas de Chernóbil. Grandes proyectos como el proyecto TREE (de las siglas inglesas Transferencia, Exposición y Efectos) han fotografiado mediante fototrampeo, abundante fauna en todos los niveles de radiación.

Todos los grupos estudiados mantienen poblaciones abundantes y perfectamente funcionales en el área. En todo caso, estas alteraciones no parecen afectar al mantenimiento de las poblaciones.

En 2016 la parte ucraniana de la zona de exclusión fue declarada Reserva Radiológica de la Biosfera. Contra todo pronóstico inicial, el área sirve ahora como refugio a muchísimas especies amenazadas. Entre ellas destacan el oso pardo, el bisonte europeo, el caballo de Przewaslki, la cigüeña negra y el águila pomerana.

Debido a la exclusión de la actividad humana alrededor de la central de energía cerrada 35 años después del accidente en Chernóbil viven osos, alces, bisontes, lobos, linces, caballos de Przewalski, y unas 200 especies de aves, entre otros animales, también muchos árboles han vuelto a crecer en los últimos años, con un número cada vez más creciente de individuos. Además, los científicos estimaron que, gracias a la ausencia de seres humanos, había siete veces más lobos en la zona de exclusión que en reservas cercanas.

Una zona sorprendentemente llena de vida.

Pero ¿Por qué los animales no presentan efectos negativos de la radiación tan tóxica? La ausencia general de efectos negativos de la radiación sobre la fauna de Chernóbil puede deberse a muchos factores aunque todavía falta mucho por investigar. Por un lado, los organismos vivos podrían ser mucho más resistentes a la radiación de lo que se preveía. Otra alternativa es que las especies podrían estar empezando a mostrar respuestas adaptativas que les permitieran vivir en zonas contaminadas sin sufrir efectos negativos. Con el paso de los años, Chernóbil se ha convertido en un excelente laboratorio natural para el estudio de la evolución en ambientes extremos, pasando de ser un desierto para la vida a una zona de interés para la conservación de la fauna, que buen cambio ¿no?

De más está decir que la ausencia de humanos en la zona podría estar favoreciendo a muchas especies, en especial a los grandes mamíferos. Esto último indicaría que la presión de las actividades humanas resultaría ser más negativa a medio plazo para la fauna que un accidente nuclear. Una visión bastante reveladora del impacto humano en el medio natural.

Para que se den una idea, se emitió unas 400 veces más radiación que la liberada por la bomba nuclear lanzada sobre Hiroshima en 1945. Este es, hasta la fecha, el mayor accidente nuclear de la historia y un desastre sin precedentes. Aunque la gran y terrible lección de Chernóbil pareciera ser que una fusión nuclear es mejor para la vida que tenernos cerca

- Joaquin Ortiz

Bibliografía:

https://www.nationalgeographicla.com/historia/2019/05/el-desastre-de-chernobil-que-ocurrio-y-cuales-son-sus-efectos-largo-plazo

https://theconversation.com/visitamos-la-fauna-de-chernobil-33-anos-despues-del-accidente-nuclear-112893

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