¿De qué conversan las aves?

10.09.2020

¿Quién no quisiera saber hablar con los animales? ¿Cuántos de nosotros de pequeños soñaba con tener ese superpoder para entenderlos? Y seamos sinceros, acá de grandes con nuestras carreras universitarias aún lo deseamos, digo, no debo ser la única.


Parte de la rutina es levantarse todos los días y escuchar al pajarito de la ventana cantar cual película de Cenicienta y cuando digo pajarito también me refiero al gallo del vecino y sus siete gallinas, nadie juzga, todo vale. Más allá de eso y yendo un poco más profundo, al escuchar estos sonidos traducidos a cantos para nosotros y a lenguaje para ellos ¿Cómo logran generar estas melodías? ¿Cómo son capaces de recibirlas, procesarlas, entenderlas y responder? Existen diferentes tipos de cantos en las aves, muchos de estos cantos se ven limitados al ambiente en el que viven, es así que las especies que viven en ambientes forestales son las mejores concertistas, ya que no pueden fiarse del sentido de la visión para encontrar a su bandada o alertarlos de algún depredador, deben ser capaces de generar diversas melodías y tonos; caso contrario es el de las aves marinas, más silenciosas y viajeras, porque al vivir en mar abierto ¿Qué tanto te podes perder? A fin de cuentas todo en la naturaleza se resume a una sola palabra, adaptabilidad. Y, justamente gracias a ésta es como los mamíferos, las aves y los anfibios poseen estructuras anatómicas capaces de recibir y procesar vibraciones del ambiente en el que se encuentran, bueno, adaptabilidad y un par de millones de años de evolución. Así es como los vertebrados desarrollaron mecanismos de percepción vibratoria con diferentes finalidades, detectar presas, escapar de depredadores y posteriormente utilizarlos como un medio de comunicación entre sus pares. En los peces, si bien no hay un oído propiamente dicho, existe un órgano denominado sistema de la línea lateral formado por células receptoras capaces de percibir vibraciones hidrodinámicas. Algo similar ocurre en los renacuajos de anfibios, y luego de su metamorfosis los adultos lo pierden y desarrollan un oído medio análogo al del resto de los vertebrados.
Entonces, centrándonos en las señales sonoras existen cuatro tipos principales, sobre todo en aves y mamíferos:

  • Sonidos neonatales: aquellos que emiten las crías y las madres para mantener la interacción durante la lactancia, así como las demandas básicas de los recién nacidos (hambre, frío, soledad, peligro, etc.). El significado de las señales fónicas entre los padres y polluelos es importante, sobre todo para aquellas especies de pájaros que anidan en los huecos de árboles y, por lo tanto, no pueden ver a sus polluelos. Para las especies con nidos abiertos tiene gran importancia la vista, la cual les permite distinguir a sus propios polluelos de los de otras especies.
  • Sonidos integrativos: son los que mantienen juntas a las camadas o a las colonias de determinadas especies, lo que es vital para la supervivencia y la cohesión de sus integrantes, como sucede con los lobos, que utilizan una gran cantidad de vocalizaciones para sus procesos de socialización cuando necesitan unir a la manada para la cacería o la defensa.
  • Sonidos de competencia: en la mayoría de las especies son muy importantes las jerarquías sociales y la identificación de espacios territoriales. Por ejemplo, las ranas y sapos compiten por sus territorios a través de vocalizaciones, esto es, el que "canta" más fuerte es el que obtiene el territorio.
  • Sonidos sexuales: son producidos por los animales en épocas de cortejo. Posiblemente en estas vocalizaciones se encuentra la mayor riqueza y evolución.

En este último es interesante mencionar que en las épocas de cortejo los niveles de testosterona (hormona sexual) en los machos aumentan, lo que conlleva a un incremento de conexiones neuronales, que a su vez permite un repertorio acústico más amplio en aves. Su canto está regulado por estas funciones hormonales sincronizadas con la actividad reproductiva. Mediante una investigación realizada por Arch-Tachado et. al. (2004) se demostró que al castrar a los machos se distingue una disminución en la producción de los cantos; asimismo, al inyectar testosterona a las hembras, éstas empiezan a cantar. Dato interesante y no menos importante, cerca del 70% de todas las especies cantoras emiten más de un tipo de canto.
Todo estos tipos de cantos son posibles gracias al sistema auditivo que estos animales presentan. Como bien sabemos (o no) el oído humano está formado por el oído externo, medio e interno; el externo que valga la redundancia es el más "externo" se encarga de recolectar las ondas sonoras y conducirlas hacia el oído medio, éste está formado por los famosos huesos martillo, yunque y estribo también encargados de transmitir y amplificar el sonido para finalmente llegar al oído interno en donde ocurre la magia, aquí se encuentra una estructura en forma de caracol denominada "cóclea", esta cóclea está tapizada por células ciliadas (células con extensiones como bracitos) y a su vez llena de fluido, estas células ciliadas funcionan como teclas de un piano, las que se encuentran en la base de este "caracol" son más sensibles a los tonos bajos, es decir, graves y las que están en el centro son más sensibles a tonos altos, es decir, agudos. La cóclea es el lugar en el cual los sonidos se transforman en señales eléctricas capaces de ser transportadas por las neuronas hasta la corteza auditiva y de esta forma ser procesada, para luego, mediante los conocimientos previos almacenados en nuestro bello y nunca mal ponderado cerebro con memoria (obvio la memoria es clave) producir una respuesta. Bueno, listo, oficialmente con este párrafo leído nos convertimos en otorrinolaringólogos, aunque, antes deberíamos saber decir esa palabra de seguido sin separar por sílabas, pero bueno, nadie juzga, todo vale.
Dicho esto y suponiendo que sabemos un poco más de la audición volvemos con las aves (por la dudas aclaro que el humano es un mamífero, sólo por las dudas), éstas presentan un sistema auditivo similar al de los mamíferos aunque sin la presencia de un oído externo ubicado en el "exterior" (sonido de mal chiste) y una cóclea de forma recta cuya función es la misma. A pesar de la ausencia de un oído externo las aves son capaces de detectar desde qué dirección proviene el sonido gracias a la forma ovalada de sus cabezas.
Si bien le faltan algunas estructuras anatómicas, también le sobran otras, como por ejemplo la faringe, en este caso estos animales poseen dos, una superior (la faringe) y otra inferior denominada "siringe", ésta se ubica en la parte inferior de la tráquea ocupando un lugar relativamente grande con respecto al tamaño de su cuerpo, la diversidad de su estructura varía en cada grupo de aves dependiendo de si estos son cantores con silbidos altos y melódicos o si presentan graznidos bajos como los gansos, patos o cuervos. Y aquí es importante discernir entre el canto y los gritos. Los gritos son señales breves emitidas en cualquier período del año por el macho o la hembra de la mayoría de las especies. En cambio, los cantos son señales largas y complejas generalmente emitidas sólo por el macho durante el período de reproducción y solamente en algunas especies. Básicamente son para adquirir y conservar un territorio o un compañero sexual.
Las aves son capaces de cantar gracias a la retroalimentación de escuchar sus padres hacerlo durante un período denominado "precanto" que transcurre entre los 150 y 200 primeros días de vida del polluelo. Durante este período las crías almacenan los diferentes sonidos en su cerebro y a medida que su siringe va desarrollándose son capaces de reproducirlos y hasta "practicar". Si a los pájaros se les priva del sentido del oído antes de iniciado el precanto, no pueden armonizar su producción vocal con lo que han memorizado de su especie durante la fase sensible y solamente pueden producir un canto variable sin estructura y desprovisto de todas las características propias de su especie. Por ello, el órgano auditivo y fonador es vital para la permanencia y supervivencia de estos animales. Razón por la cual les di esa masterclass del sistema auditivo, y bueno, porque me fui un poco por las ramas lo admito, gajes del oficio.
En fin, con esto no pretendan ser capaces de entablar una charla con el gorrión, pero de ahora en más no importa si escuchamos al pajarito de Cenicienta o al gallo del vecino, vamos a saber que todo eso no sólo implican muchos años de evolución si no que también incluyen a una maquinaria fisiológica hiper compleja, y lamento decirles que para entenderla hay que comerse un par de años en medicina porque no basta con mi masterclass gratuita.

- Sofia Virasoro


Bibliografía:

Arch-Tirado, E., Collado-Corona, M. A., & Morales-Martínez, J. J. (2004). Comunicación y comportamiento auditivo obtenidos por medio de los potenciales evocados auditivos en mamíferos, aves, anfibios y reptiles. Cirugía y Cirujanos, 72(4), 309-315.


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